Faltan cinco pa’ las doce, la canción que hace llorar a los venezolanos

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se transformó en un Faltan cinco pa’ las doce, se convirtió en un verdadero patrimonio del fin de año latinoamericano. Foto: cortesía

“Las campanas de la iglesia están sonando / anunciando que el año viejo se va / la alegría del Año Nuevo viene ya / los abrazos se confunden sin cesar”, reza la primera estrofa de la icónica canción de fin de año venezolana Faltan cinco pa’ las doce.

A pocos minutos de terminar el año, las emisoras venezolanas pautan este tema, que a más d euno hace llorar por su contenido sentimental. Faltan cinco pa’ las doce, cobró vida para el fin de año de 1963 gracias al trabajo del compositor venezolano Oswaldo Oropeza (el mismo de ‘Mamá, ¿dónde están los juguetes?’) y el intérprete Néstor Zavarce.

En ese entonces, la intención con la melodía simplemente era completar un álbum de estudio de cerca de 10 canciones.

Sin embargo, el tema comenzó a ganar tanta popularidad que, literalmente, se ‘les salió de las manos’ y el público local lo convirtió en un himno nacional.

Luego, como comprueba la historia, se transformó en un verdadero patrimonio del fin de año latinoamericano.

Faltan cinco pa’ las doce fue un éxito

La canción cumplió un papel determinante en la carrera de Oropeza y Zavarce, pues ambos cobraron inmenso reconocimiento.

Hasta entonces, de acuerdo con medios especializados en la música venezolana, ninguno de los dos había gozado de mayores comodidades económicas.

De hecho, algunos de ellos han apuntado que Zavarce tuvo que pedir dinero para comprar la ropa para su primera presentación.

Sobre Oropeza han dicho que debió trabajar desde muy pequeño para aportar económicamente en su hogar.

Quizás esa experiencia personal de haber vivido el ‘lado menos amable’ de la vida a tan temprana edad favoreció la exploración sentimental que ambos sacaron a relucir en ‘Faltan cinco pa’ las doce’.

El origen y el significado de una canción inmortal

Acerca de la historia real detrás del icónico tema no se ha logrado decretar una versión puntual.

Sin embargo, según han informado algunos medios venezolanos, la ‘vena navideña’ de Oropeza viene de una tradición familiar en la que el fin de año merecía un capítulo aparte.

Las experiencias junto a sus cinco hermanos habrían sido los motivantes de su interés por abordar el fin de año de una manera sentida y, sobre todo, original.

En cuanto al significado, fue Néstor Zavarce quien en una entrevista con ‘RCN’, a finales de la primera década del nuevo milenio, entregó detalles sobre los tres valores que, según dijo, contiene el estribillo:

– La fe expresa en la parte de que “las campanas de la Iglesia están sonando”

– La solidaridad implícita en “los abrazos que se confunden sin cesar”

– El amor retratado en la idea de la “linda viejecita que me espera en las noches de una eterna Navidad”.

El símbolo eterno de la Navidad

Después del ‘boom’ de la versión original, cada cierto tiempo se han lanzado varias adaptaciones de ‘Faltan cinco pa’ las doce’.

En Colombia, el barranquillero Aníbal Velásquez fue quien adaptó fructuosamente la canción al ritmo de la música de guaracha. Esa, quizá, sea una de las versiones más escuchadas en ese país.

Oswaldo Oropeza falleció el 3 de diciembre de 1998 y Néstor Zavarce el 27 de agosto de 2010.

Actualmente su legado sigue más vigente que nunca gracias a que ‘Faltan cinco pa’ las doce’ no ha parado de sonar.

A lo mejor, esa constante se mantenga por muchos años más pues, como dice el estribillo, la Navidad es “eterna”.

Con información de El Nacional

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