Médicos de Carabobo y de distintos estados del país, celebran su día en medio de una situación cada día más dramática y crítica, debido a las circunstancias por las que atraviesa la nación, y que golpean a toda la población.
El doctor Jorge Pérez, director de Médicos Unidos de Carabobo, hizo este balance, y lo circunscribió a la precaria situación que presentan los hospitales públicos, donde acude la mayoría de la gente.
El galeno reiteró que la infraestructura de los centros de salud cada día están en condición más precaria, con insuficiencia de insumos, equipos y de medicamentos. También están carentes de laboratorios, de personal de enfermería y de equipos para realizar los estudios de rayos equis o de tomografías.
Para Pérez, ejercer la medicina actualmente en Venezuela, representa sobrepasar los límites de la vocación. Solo queda la abnegación.
“Hoy no tenemos nada que celebrar. Vemos como un Estado que no garantiza el derecho a la salud y a la vida, se ha convertido en indolente, al no dotar de medicinas e insumos a nuestros hospitales”.
Expresó su angustia por el hecho de que hayan muerto pacientes por el simple hecho de que sus familiares no pueden adquirir los medicamentos. A lo que añadió que es doloroso ver como muchas madres, después de nueve meses de gestación, terminan complicadas cuando no tienen a su alcance las medicinas o insumos, al momento de dar a luz.
Cuestionó que sigan paralizados los trasplantes de órganos, porque esto también ha generado muertes de personas valiosas.
Comentó que de nada sirve que las personas se vista de color rosado como señal de la lucha contra el cáncer de mama, cuando en los hospitales no hay equipos para hacer estudios de mamografía.
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Aunque no maneja cifras precisas, Pérez señaló que un buen número de médicos se han ido a otras naciones en busca de un mejor porvenir.
Los médicos no solo piden salarios acorde a la labor que cumple, sino también mejoras en las condiciones de trabajo, que implica dotación de los centro de salud de medicina e insumos para poder cumplir con su misión de sanar.
El doctor Pérez llamó a sus colegas a mantenerse unidos en la lucha para lograr mejores condiciones que permitan poder seguir ejerciendo su labor.
Para hablar sobre las condiciones de los médicos, El Carabobeño trató de comunicarse con directivos del gremio que los agrupa, pero todo fue infructuoso.
LA EFEMERIDES
En 1955, hace 67 años, el 10 de marzo fue aprobado por la Federación Médica Venezolana para conmemorar el Día del Médico en Venezuela. Se escogió esta fecha para rendirle homenaje al doctor José María Vargas, ejemplo de los profesionales de la medicina en el país, quien nació un 10 de marzo.
El doctor Vargas, médico y cirujano, fundador de la Sociedad Médica de Caracas, se destacó en su época por su dedicación, preparación profesional y aplicación de técnicas novedosas de medicina en el país.
Su ejemplo fue determinante para los venezolanos, en especial para los profesionales de la medicina, y factor primordial para el desarrollo de los estudios médicos en nuestro país.
Transcurrió casi un siglo para que otro ilustre médico, el Dr. Luis Razetti creara las bases fundamentales para la constitución de la Academia Nacional de Medicina y del Colegio de Médicos de Venezuela, siendo este último el órgano precursor de la Federación Médica Venezolana en 1945.
EL CÓDIGO
El día de su graduación, los médicos hacen un juramento contenido en el Código de Deontología Médica. Su texto es el siguiente:
Evocando a Luis Razetti apóstol de la moral médica en Venezuela y en presencia de las autoridades universitarias, mis profesores y compañeros de estudio, me comprometo bajo solemne juramento a cumplir los siguientes postulados:
1.-Desempeñaré mi profesión con esmero y dignidad, velando con el máximo respeto por la vida de más semejantes y aún bajo amenaza no emplear é más conocimientos para contravenir las leyes de la humanidad.
2.-Profesaré a mis maestros el respeto y gratitud que se hayan hecho merecedores e intentaré, con todos los medios a mi alcance, mantenerme permanentemente informado de los avances del conocimiento médico.
3.-No permitiré que la satisfacción intelectual derivada de mi capacidad para identificar y tratar las enfermedades y de contribuir al progreso de la ciencia médica me hagan olvidar los principios humanitarios que rigen nuestra profesión y la consideración prioritaria del paciente como persona.
4.-No intentaré nuevos tratamientos o procedimientos de investigación si los riesgos para el paciente exceden los posibles beneficios, cumpliendo estrictamente las Pautas Internacionales para la Investigación Biomédica en los Seres Humanos.
5.-No permitiré que motivos de lucro interfieran el ejercicio libre e independiente de mi juicio profesional.
6.-Preservaré en absoluto secreto las confidencias que se me hagan durante mi actuación profesional, aún después de la muerte del enfermo.
7.-Mi reverencia por la vida al atender enfermos terminales no colidará con mi obligación fundamental de aliviar el sufrimiento humano.
8.-Mantendré con todas mis fuerzas el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica y no haré distinción en el ejercicio de más obligaciones ni por adhesión a partido político o posición social.
9.-No estableceré diferencias en mi dedicación y en la calidad de la atención prestada al enfermo, se trate de servicios médicos contratados, de carácter individual o de índole gratuita.
10.-Daré estricto cumplimiento a los principios éticos de nuestra profesión, procurando para los demás aquello que, en circunstancias similares, desearía para mí y para mis seres queridos»
Con información de El Carabobeño
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