El rincón de Caracas donde conviven rusos y ucranianos desde hace más de 80 años

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En el corazón de Catia, específicamente en Altavista, Caracas, rusos y ucranianos que se establecieron en Venezuela desde hace al menos 80 años conviven en esta zona sin distingo de nacionalidades.

Durante décadas ucranianos y rusos han resguardado sus culturas y sentido de pertenencia, su presencia en Venezuela ha dejado huellas, pues en Catia existen tres iglesias ortodoxas que son un símbolo del cristianismo de oriente, y que muchos habitantes no conocen de su existencia.

Los últimos eventos ocurridos entre Rusia y Ucrania, sin duda, remueven los recuerdos de la guerra que hace muchos años obligó a cientos de ciudadanos a emigrar, fue entonces cuando adoptaron el suelo venezolano como refugio y hoy por hoy como un hogar.

A través de una crónica realizada por Jonathan Gutiérrez, se desglosan distintas aristas de la memoria urbana de esta comunidad ruso- ucraniana, quienes desean la paz entre estas naciones.

En la calle El Club se encuentra la primera de Iglesia Ortodoxa Rusa, esta es una de las más antiguas de Caracas, y la cual representa de cierta manera un pedacito de tierra para las personas que huyeron de la Segunda Guerra Mundial y del régimen comunista soviético de Stalin.

Se conoció que al menos 300 familias rusas llegaron a Altavista entre 1945 y 1960, lo propio sucedió con cientos de habitantes del continente europeo, quienes buscan escapar de las precariedades que dejaba la guerra y los regímenes.

Antonia Zambrano, vecina de la calle La Colina expresa que esta iglesia es contemplada por todos los que transitan por esta zona, además, esta construcción tiene más de cuarenta años.

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Desde el año 2020 cuando inició la emergencia sanitaria causada por el covid-19, el templo se mantuvo cerrado, pero paulatinamente ha ido abriendo su espacio de fe con algunas actividades religiosas.

Foto Cortesía de Ana Cristina Febres Cordero

En la calle Guayaquil, de Catia también se encuentra la segunda Iglesia Ortodoxa Rusa, pese a que permanece cerrada, la doctora rusa Elizabeth Sokoloff es quien se encarga de cuidar este espacio y de mantener las tradiciones.

Foto cortesía Ana Cristina Febres Cordero

La tercera Iglesia Ortodoxa es Ucraniana y se encuentra en la calle Ucrania, de Catia, en esta durante las últimas semanas las plegarias han sido por la paz y protección de los ucranianos que se encuentran atrapados y siendo blanco de la invasión rusa.

Foto cortesía Ana Cristina Febres Cordero

Rusos y ucranianos han tenido en Altavista un espacio donde todos han logrado convivir, mantener sus tradiciones, dando paso a nuevas generaciones y sobre todo han dejado huellas, pese a que la población eslava se ha reducido durante los últimos años.

Con información de Punto de Corte

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