Cuando en mayo de 1942 el equipo Cervecería Caracas reemplazó al club Princesa de Maiquetía en la pelota de segunda división, Jesús Alejandro Lezama contaba con 23 años de edad y tenía seis años que había fijado residencia en Caracas tras llegar en el año 1936 de su nativa Tucupita.
Todavía faltaban un par de años para que hiciera el grado como primer animador del conjunto lupuloso, pero ya despuntaba, en las tribunas de madera del legendario Stadium San Agustín como el aficionado que a muy corto plazo sería el seguidor más fiel de la divisa de mayor tradición ganadora en la historia de la pelota venezolana.
Hoy en su residencia de la parroquia San Juan, al lado de sus familares más cercanos, guardando todas las recomendaciones que imponen los protocolos de bioseguridad en tiempos de pandemia, «Chivita» celebra 103 años de su nacimiento. Llegó a este mundo en la capital de Delta Amacuro el 9 de febrero de 1919.
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Aunque para este 103 onomástico, Lezama no empleará la misma petición que mantuvo por más e treinta años, de exigir que le pagaran sus prestaciones sociales después de pasar toda una vida prestando servicios en el Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS) como cobrador, gracias a la mediación que en enero pasado le prestó el ex pelotero Antonio «Potro» Álvarez. Sus deseos de 2022 se orientan hacia que la directiva de los Leones del Caracas se esfuerce por armar un equipo que sea capaz de ganar.
Afirma que tiene esperanzas de festejar el 21° título de los Leones en la próxima temporada porque no soporta la sequía récord de una docena de campañas consecutivas sin alzar el trofeo de campeones.
A sus 103 años, Lezama goza de una envidiable memoria. En septiembre pasado, con ocasión del 80° aniversario del fraterno diario Últimas Noticias, recordaba en entrevista con el periodista Gerardo Blanco que hasta finales de los años setenta, pagaba su pasaje para acompañar al equipo cuando jugaban en el interior. Fue a partir de 1977, bajo la gerencia de Francisco Rivero, que lo integraron oficialmente a las giras del club. «Me daban viático y habitación, pero jamás cobre un sueldo», rememoró.
Lezama ha sido testigo presencial de los 20 campeonatos que ha ganado el Caracas en la LVBP y ha estado en la cueva del club que se ha proclamado campeón de la Serie del Caribe en Hermosillo, México-1982 y en Maracay-Valencia-2006.
Como una suerte de ñapa a su resumen curricular pueden agregarse otras cuatro coronas que elevan a 26 su palmarés y el del club. Son la de segunda división que ganó el Cervecería en el año 1942, las dos copas de campeón de primera división que alzó el conjunto lupuloso en las ediciones 1942-43 y 1945 y el gallardete que conquistaron en la Serie Interamericana de 1950.
Su longevidad y energía son, sin lugar a dudas, cualidades dignas de admiración de este singular personaje del deporte venezolano. Difícilmente en el ambiente deportivo de Venezuela otro equipo puede lucir entre sus seguidores una figura tan emblemática y querida como la tienen los Leones.
¡Salud!, «Chivita» y que esa celebración de los primeros 103 años se complemente con el fin de la sequía.
Con información de La Prensa de Lara/Líder
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