«Qué pasó brou», «dejaste mal la moto», «tranquilo, te paso algo», esa es la conversación entre un funcionario y un motorizado que deja su moto como si nada ocurriera en pleno boulevard de Sabana Grande. Y no pasa nada, porque caminar en ese antiguo paseo de gracia, es contemplar desde matas secas, alcantarillas abiertas, esculturas deterioradas, basura, buhoneros y muchos negocios cerrados.
Fue en 1975 cuando la llegada del metro de Caracas, le dió una segunda vida a este boulevard. Políticos, artistas, intelectuales, todos se reunían en el Gran Café, el sitio de moda en aquellos años. La primera vida del boulevard de Sabana Grande data de los años 70. Las grandes firmas y los mejores diseñadores del mundo hacían de este paseo un lugar chic y de mucha prestancia.
«Yo usaba lino y mis mejores vestidos, los compraba en una tienda que quedaba en aquella esquina» responde la señora María Luisa de Osorio, quien tiene más de 30 años en su local, ahora zapatería, antes una tienda de mercería.
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Ahora las esculturas modelan con los vasos de cartón y las cajas se combinan con el arte cinetico en Chacaito. «Hay basura, hay desidia, hay abandono» es lo que dice Juan González, quien vende perros calientes y convive con los gritos del muchacho que dice: «Baruta, la Trinidad, el Hatillo»
Y aunque el gobierno local promete mejoras, las calles rotas, los huecos, las esculturas destrozadas, hacen del boulevard de Sabana Grande un lugar para amar u odiar.
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