Rafael Bandres, es un hombre humilde que lleva 12 años laborando como amolador (que tiene el oficio de afilar cuchillos y otros instrumentos cortantes) en Caracas.
Camina por más de ocho horas por zonas como Plaza Venezuela, llegando hasta Santa Mónica y al terminar su jornada, regresa a su casa en metro, situada en Antímano.
Todos hemos escuchado ese sonido característico del amolador en las diferentes zonas de la capital.
A pesar de las dificultades, el esfuerzo y desafíos que afronta Rafael Bandres, logra adquirir para alimentar a sus cinco hijos y a su pareja entre 10 a 30 dólares diariamente.
En las zonas que frecuenta algunos de los vecinos ya lo conocen por su trabajo y los que no, se guían por el chillido del instrumento que usa, que lo identifica como amolador.
Bandres destacó que su oficio es un arte antiguo que le apasiona. A pesar de que más de 20 de sus compañeros amoladores se fueron del país desde inicios de la pandemia. Él afirmó que no se irá de Venezuela, que seguirá luchando. Como él hay muchos que todavía enfrentan las adversidades para mantener su oficio vigente.
CaracasNews24 / Redacción: Lysaura Fuentes
